viernes, 5 de abril de 2013

Ficha de Familia: Los Optuyetade



Emblema:


La serpiente de los Optuyetade, en posición de ataque pero enroscada, representa la autodefensa, no el ataque. El haz de luz que ilumina al animal se le supone de procedencia del Bosque de la Serpiente, muy tupido.

Nivel: 

Casa menor

Color: 

Morado claro.

Historia:

Los Optuyetade llegaron a su territorio en la formación del reino y allí se parapetaron, defendiéndose con fiereza pero sin realizar ataques. La familia Amoyda tuvo que conquistarles, rompiendo sus fronteras, para conseguir que le prestaran apoyo militar.

Siempre han sido relativamente independientes, prefieren vivir de sus propias tierras (que tienen la fortuna de que son bastante ricas en vegetación) a comerciar con el exterior, así que lo evitan en la medida de lo posible.

Su actitud antaño meramente defensiva no se ha mantenido siempre. Los Optuyetade son famosos por actuar de manera decisiva en algunas guerras, siempre con un ataque rápido y sorpresivo, aliándose bajo cuerda con uno u otro bando, o bien con ambos para traicionar al menos conveniente.

Protagonizaron una rebelión solitaria por la que el rey por poco no les rebaja de casa menor a descabezados. Los Aivanek se encargaron de sofocar su rebelión sin delicadezas y se apropiaron así de parte de su territorio. Por esto, los Optuyetade guardan un odio especial a la familia del Águila Carmesí.

Territorio:


El suelo de su territorio es muy propicio para el crecimiento de la vegetación, a lo que contribuye su clima suave, estable y lluvioso. Tienen los mejores terrenos para cultivar de todo el reino, pero también el mayor nivel de delincuencia. La casa Optuyetade quedó seriamente dañada tras la rebelión fallida y la consecuente pérdida de territorio. Desde entonces, los Optuyetade han caído y recaído en la decadencia, y con ellos sus territorios y sus vasallos.

Fama:

Los Optuyetade son como la sombra de una gran familia que fue, pero ya no es. Excluyendo al último de sus señores, se les considera tradicionalmente condescendientes y excesivamente preocupados por el bienestar del populacho. Dado que están encerrados en sí mismos, tienen pocas relaciones con los demás señores y, si pueden evitarlo, también con la realeza. Se les considera traicioneros y sibilinos.

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